lunes, 6 de julio de 2009

sábado, 27 de junio de 2009

LA CONJUNCIÓN DE LAS 2 LISTAS

Tenía que suceder. El Pinolillo aguardaba esa señal inequívoca que le indicara que había llegado el momento de resurgir. Llevábamos días observando algunos signos premonitorios: reuniones abiertamente cerradas, psicofonías de colegas que hacía tiempo que no sabías de ellos, enviados yendo y viniendo con extrañas simbologías en negrita escritas en hojas reverenciales, fórmulas rituales proselitistas que terminaban con inesperadas invitaciones a revelarte... Estaba claro, el día se estaba acercando.

Tan convencidos estábamos que a primera hora de la mañana del 23 de junio convocamos a los augures en la cafetería. Hablamos con Alfredo y Jesús para que lo tuvieran todo preparado. Tomamos una muestra nada aleatoria y muy simple de las primeras siete tazas de desayuno para leer los posos del café, observamos las posiciones y actitudes de las personas (chica sí, chico no) que entraban en la cafetería. Por cierto, aprovechamos para reiterar los fines estrictamente científicos de la observación. Lo decimos por la queja que se está tramitando en el servicio de prevención de riesgos laborales de la universidad en relación a esta parte de la “investigación”. También interpretamos fenómenos imprevistos extraordinarios como aquellas terribles vibraciones que sacudían el edificio y analizamos las vísceras de los pollos sagrados que luego formarían parte del menú de aquel día. La conclusión era tan evidente como obvia, todos los signos eran propicios para que la conjunción se produjera.

Y efectivamente, aquella tarde se produjo. La esperada CONJUNCIÓN DE LAS 2 LISTAS se estaba dando en el tránsito solar por la constelación de Aulariae. Una hoja Excel que previamente había sido ungida de óleo litúrgico por el augur administrador confirmaba lo que el destino estaba deparando. Tres miembros significados de la redacción de El Pinolillo empataban en las votaciones a la Junta de Centro. Todo encajaba, los signos premonitorios, los augurios de la cafetería y el mensaje de la mesa electoral eran clamorosos. Es necesario que vuelva El Pinolillo.